Municipio enclavado en el antiguo territorio de ‘Turonium’, tiene una superficie de 103,4 Km cuadrados y una población de 10.700 habitantes, repartidos entre 15 parroquias.
Sus montes más importantes son el Niño do Corvo y A Pedrada, pertenecientes a la Sierra de Argallo. Estas elevaciones constituyen miradores naturales sobre las decrecientes terrazas, que se acercan al Miño, con el que limita por el naciente. Es una tierra regada por los ríos Furnia, Tebra, Pego Bravos, Cerrada y Tollo, todos afluentes del Miño.
El municipio cuenta con un clima suave, que propicia el cultivo de los famosos productos hortícolas y frutales del Baixo Miño.
La excepcional geografía y su materia prima favorece el trabajo del agricultor en la huerta bajo abrigo, la asociación en cooperativas, el aprovechamiento de la cotizada pesca fluvial del Miño y las industrias de madera, cerámica o granito.